“RUFO, ESCOGIDO EN EL SEÑOR”
Romanos 16:13
Propósito: El valor de
un cristiano confiables.
Introducción:
Rufo
era un cristiano ejemplar. Lo sabemos por el alto concepto que Pablo tenia de
él.
Rufo
era ese tipo de cristiano que daba gusto tenerle por compañero, por su madurez, discreción y
espiritualidad.
RUFO, ESCOGIDO
EN EL SEÑOR, POR SU CARÁCTER
La
palabra “escogido”, es traducción del adjetivo griego “EKLÉKTOS”, el cual,
significa “elegido”, “sobresaliente”, “precioso”, “favorito”.
Rufo
llegó a ser altamente apreciado o excelente, por su servicio prestado a los
santos y por su carácter ejemplar.
Para
alcanzar estos elogios fue necesario ciertas características que Rufo hizo bien
en cultivar.
Era
un hermano integro.
Integridad.
Esta palabra quiere decir libre de corrupción, libre de mancha moral; sinónimos
son rectitud, entereza, desinterés, honestidad, honradez, justicia. "Temed a Jehová, y servidle con
integridad" (Jos. 24:14),
Era
conocido por su responsabilidad en su servicio a los santos y en la enseñanza.
Era
conocido por su honestidad, pues siempre
era sincero, de carácter irreprochable.
Nunca mentía, ni mucho menos se inmiscuía en pecados ajenos (1 Tim.
5:22)
Era
conocido por su lealtad al Señor, a la
verdad, a la justicia, a hermanos
fieles. Nunca se comprometía con lo
falso, con lo injusto, siempre buscaba honrar a Dios.
Por
tal carácter era persona confiable, y por ende, digna de respeto, y de
confianza.
Varones
con estas condiciones son muy importantes y motivo de gran bendición para
la iglesia del Señor.
Rufo, era un hermano
respetuoso.
Rufo, no
se ensañaba en contra del hermano que encontraba en algún en falta. Se esmeraba
en cumplir Gálatas 6:1-2 para restaurarle con espíritu de mansedumbre. Era
un hermano que corregía con amor
buscando restaurar al que estaba equivocado. Es decir, que tenía cuidado de
escuchar lo que el hermano equivocado tenían que decir para luego conducirlo a la verdad
bíblica. Era
compasivo, porque no descalificaba a los demás,
ni se burlaba de ellos. Luego de
corregirlo no lo exhibía como trofeo de su justicia (2 Tim. 2:24-25).
Era
un hermano juicioso que daba gusto tenerle por compañero por su discreción,
tacto y admirable sabiduría.
Y NOSOTROS
¿SOMOS ELEGIBLES, COMO RUFO?
Muchos
hermanos dicen que no les importa lo que diga de ellos la congregación o lo que
digan otros hermanos.
Pero bueno es preguntarse ¿qué dicen los hermanos de mi trabajo entre ellos?
Pero bueno es preguntarse ¿qué dicen los hermanos de mi trabajo entre ellos?
¿Son
edificados? ¿Son fortalecidos? ¿Desea la iglesia seguir oyendo mis
lecciones?
¿Los
hermanos sufren cuando saben que nos toca el sermón?
Rufo
tenía el respeto de sus hermanos y la congregación donde enseñaba.
Algunos
hermanos se autodenominan “evangelistas” o “predicadores”
Pero
no se trata de usar ciertos “títulos” si no de ser dignos obreros de Dios,
hacer obras de evangelista (2 Tim. 4:5).
Otros
hermanos creen que porque consiguieron “salario” la iglesia debe respetarle
como “predicador”
Pero
¿Qué dicen los hermanos que nos oyen a diario y ven nuestro trabajo?
¿Somos
confiables como Rufo?
Tal
vez no somos confiables por no ser íntegros, responsables, honestos, leales.
Tal
vez somos varones inestables, indoctos,
perezosos, o indiferentes.
¿Se
podrá decir de nosotros lo que se dice de Estéfanas?
“Hermanos, ya sabéis que la familia de
Estéfanas es las primicias de Acaya, y que ellos se han dedicado al servicio de
los santos. Os ruego que os sujetéis a personas como ellos, y a todos los que
ayudan y trabajan” (1 Cor. 16:15-16).
¿La
iglesia donde predicamos querrá seguir nuestro ejemplo?
Recordemos
a Timoteo.
Hechos
16:1-3, la iglesia “daban buen testimonio de él”.
Pablo
quería que fuera su compañero en la obra.
Lo
recomendado a él es recomendado a nosotros también, “…sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe
y pureza”. 1 Tim. 4:12
PODEMOS
SER ESCOGIDOS, COMO RUFO.
Si
el apóstol Pablo llamó a Rufo escogido en el Señor fue por su gran carácter y
servicio a los santos.
Todo
cristiano puede alcanzar esta designación “escogidos en el Señor”
Solo
debemos cultivar ciertas virtudes que nos conviertan en personas confiables.
Cultivemos
cualidades que nos hagan elegibles como cristianos fieles y de confianza en el
Señor.
Entre
los méritos de Rufo era que podía trabajar con otros, era colaborador.
Debemos
trabajar con los hermanos en Cristo. (Rom. 12:4, 5).
Algunos
quieren trabajar por encima de otros (3 Jn. 9, 10), o en contra de otros (Fil.
1:16).
Tenemos
una fuente inagotable de enseñanza en la Palabra de Dios que hará de nosotros
mejores personas.
Hay
que mejorar. Sí, nuestra estatura como
cristianos nos hace ver como pequeños, como niño egoísta, inmaduro,
vanaglorioso y soberbio.
CONCLUSIÓN:
Rufo
era un varón “escogido en el Señor”, es decir, era un cristiano confiable.
Su
conducta y obra eran excelentes, de tal modo que era una bendición estar
con él, vivir con él, y desde luego, servir al Señor con él.
Hoy hemos aprendido ciertas cualidades que sin
duda alguna Rufo cultivo para lograr tal
excelencia. Si él pudo, podremos nosotros también.
Alcancemos
el carácter de Rufo para llegar a ser “escogido en el Señor” y ser de bendición
en la iglesia del Señor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario