viernes, 26 de febrero de 2010

“SERVIOS POR AMOR LOS UNOS A LOS OTROS”

Texto: Gálatas 5:13

“Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servios por amor los unos a los otros”.

Introducción:
1. Jesús vino a este mundo como siervo. “Porque el Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos” (Marcos 10:45).
2. Jesús no vino para que le sirvieran, sino a servirnos; ¡y nos sirvió muy bien al tomar nuestro lugar en la cruz y recibir la ira de Dios por el pecado!
3. El apóstol Pablo señala que:
a. "…Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros…" (Ef. 5:2)
b. Cristo, porque nos amó, desvió hacia él todo el peso de la ira de Dios por el pecado.
c. Todos nosotros merecíamos ese castigo, pero Cristo lo sufrió, "…el justo por los injustos, para llevarnos a Dios…"(1 Ped. 3:18).
d. Él llevó nuestras culpas "…en su cuerpo sobre el madero…" (1 Ped. 2:24).
4. Este es el sentido de la exhortación del apóstol Pablo de: “servios por amor los unos a los otros “

I. Que significa ser un siervo de Dios

1. La palabra siervo se traduce del griego doulos, que significa esclavo o siervo.
2. En Romanos 1:1 leemos, "Pablo, siervo de Jesucristo... apartado para el evangelio de Dios." Pablo entendía su rol como discípulo de Cristo. El se gloriaba de su titulo de siervo o esclavo de Jesús. Sabia que pertenecía a Cristo, y así como los esclavos de los romanos no tenían ningún privilegio, Pablo se veía como un hombre sin derechos ni privilegios; un hombre completamente subyugado a su Señor, apartado para un solo propósito: el evangelio de Dios.

II. Cristo nuestro ejemplo

1. Jesús también tomo titulo de "siervo". Isaías 52:13 al 53:12 nos muestra a Cristo como el siervo sufrido.
2. En el Nuevo Testamento vemos a Cristo cumpliendo con Su rol de siervo de Dios. Amo a todos, caminó en sabiduría, vivió para complacer a Su Padre, hizo bien en todas las oportunidades presentadas, y fue obediente hasta la muerte, (Fil. 2:8). cumpliendo con Su misión de Redentor.
3. Jesús nos dejó ejemplo de servicio para que le imitemos (Juan 13:13-17); vivir como siervos de Dios debe ser nuestra meta.
4. Después del pasaje en Isaías 53, la palabra "siervo" nunca se vuelve a usar de forma singular. De ahí en adelante, Isaías habla de las bendiciones de los que siguen al Siervo fiel, llamándolos "siervos de Jehová" (Isaías 54:17); "Sus siervos" (66:14); y "mis siervos; mis escogidos" (65:8,9).
5. ¿Nos vemos nosotros como siervos de Dios? ¡Recuerde! Dejamos de ser siervos del pecado para llegar a ser siervos de Cristo (Rom. 6:12-18)
6. ¿Has renunciado a todos tus derechos, sometiéndote al control de Cristo? Debemos servir en vez de ser servidos, imitando la actitud de Cristo. Encárgate de agradar a Dios en todo; buscando servir en toda oportunidad. El cristiano sirve, pues con el propósito de salvar almas y para confirmarlas en la fe (edificarlas). Sirve siempre con el propósito firme de salvarse a si mismo y a los que le oyen (1 Tim. 4:16).



III. Sugerencias prácticas:

1. ¿Qué puedo hacer? Varios textos explican cómo debemos servirnos los unos a los otros:
a. Amonestar (Rom. 15:14).
b. Restaurar (Gál. 6:1).
c. Amonestar, alentar, sostener (1 Tes. 5:11-14)
d. Exhortar (Hebreos 3:12,13)
2. Cuando veas un hermano en necesidad ofrece ayudar, seamos hospitalarios (Rom.12:13; Stg. 2:14-26).
3. Ten el mismo enfoque de Cristo. El vino a servir, no a ser servido (Mar. 10:45).
4. Utiliza cada oportunidad para hacer el bien. Pregúntate, “¿Qué puedo hacer para complacer al Señor?” Fijémonos en la familia de Estéfanas (1 Cor. 16:15,16).
5. Un amor activo es conocido solamente por sus acciones. Recuerde:
a. Dios nos amó y dio a su hijo (Jn 3:16).
b. Cristo nos amó y se dio a si mismo por nosotros (Ef. 5:2)

Conclusión:
1. El servirle a alguien es un privilegio, no un deber.
2. Aprende a servir sin que te lo pidan “Todo lo que hagáis hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís” (Col. 3:23-24).