miércoles, 4 de julio de 2012




“RUFO, ESCOGIDO EN EL SEÑOR”
Romanos 16:13




Propósito: El valor de un cristiano confiables.

Introducción:
Rufo era un cristiano ejemplar. Lo sabemos por el alto concepto que Pablo tenia de él.
Rufo era ese tipo de cristiano que daba gusto tenerle por compañero, por su madurez, discreción y espiritualidad.

RUFO, ESCOGIDO EN EL SEÑOR, POR SU CARÁCTER

La palabra “escogido”, es traducción del adjetivo griego “EKLÉKTOS”, el cual, significa “elegido”, “sobresaliente”, “precioso”, “favorito”.
Rufo llegó a ser altamente apreciado o excelente, por su servicio prestado a los santos y por su carácter ejemplar.
Para alcanzar estos elogios fue necesario ciertas características que Rufo hizo bien en cultivar.

Era un hermano integro.
Integridad. Esta palabra quiere decir libre de corrupción, libre de mancha moral; sinónimos son rectitud, entereza, desinterés, honestidad, honradez, justicia. "Temed a Jehová, y servidle con integridad" (Jos. 24:14),
Era conocido por su responsabilidad en su servicio a los santos y en la enseñanza.
Era conocido por su  honestidad, pues siempre era sincero, de carácter irreprochable.  Nunca mentía, ni mucho menos se inmiscuía en pecados ajenos (1 Tim. 5:22)
Era conocido por su  lealtad al Señor, a la verdad, a la justicia,  a hermanos fieles.  Nunca se comprometía con lo falso, con lo injusto, siempre buscaba honrar a Dios.
Por tal carácter era persona confiable, y por ende, digna de respeto, y de confianza.
Varones con estas condiciones son muy importantes y motivo de gran bendición para la  iglesia del Señor.

Rufo, era un hermano respetuoso.
Rufo, no se ensañaba en contra del hermano que encontraba en algún en falta. Se esmeraba en cumplir Gálatas 6:1-2 para restaurarle con espíritu de mansedumbre. Era un hermano  que corregía con amor buscando restaurar al que estaba equivocado. Es decir, que tenía cuidado de escuchar lo que el hermano equivocado tenían que decir para luego conducirlo a la verdad bíblica.  Era compasivo, porque  no descalificaba a los demás, ni se burlaba de  ellos. Luego de corregirlo no lo exhibía como trofeo de su justicia (2 Tim. 2:24-25).
Era un hermano juicioso que daba gusto tenerle por compañero por su discreción, tacto y admirable sabiduría.

Y NOSOTROS ¿SOMOS ELEGIBLES, COMO RUFO?

Muchos hermanos dicen que no les importa lo que diga de ellos la congregación o lo que digan otros hermanos. 
Pero bueno es preguntarse ¿qué dicen los hermanos de mi trabajo entre ellos?
¿Son edificados? ¿Son fortalecidos? ¿Desea la iglesia seguir oyendo mis lecciones? 
¿Los hermanos sufren cuando saben que nos toca el sermón?
Rufo tenía el respeto de sus hermanos y la congregación donde enseñaba.
Algunos hermanos se autodenominan “evangelistas” o “predicadores”
Pero no se trata de usar ciertos “títulos” si no de ser dignos obreros de Dios, hacer obras de evangelista (2 Tim. 4:5).
Otros hermanos creen que porque consiguieron “salario” la iglesia debe respetarle como “predicador”
Pero ¿Qué dicen los hermanos que nos oyen a diario y ven nuestro trabajo?
¿Somos confiables como Rufo?
Tal vez no somos confiables por no ser íntegros, responsables, honestos, leales.
Tal vez somos varones inestables, indoctos,  perezosos, o indiferentes.
¿Se podrá decir de nosotros lo que se dice de Estéfanas?
Hermanos, ya sabéis que la familia de Estéfanas es las primicias de Acaya, y que ellos se han dedicado al servicio de los santos. Os ruego que os sujetéis a personas como ellos, y a todos los que ayudan y trabajan” (1 Cor. 16:15-16).
¿La iglesia donde predicamos querrá seguir nuestro ejemplo?
Recordemos a Timoteo.
Hechos 16:1-3, la iglesia “daban buen testimonio de él”.
Pablo quería que fuera su compañero en la obra.
Lo recomendado a él es recomendado a nosotros también, “…sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza”. 1 Tim. 4:12

PODEMOS SER  ESCOGIDOS, COMO RUFO.

Si el apóstol Pablo llamó a Rufo escogido en el Señor fue por su gran carácter y servicio a los santos.
Todo cristiano puede alcanzar esta designación “escogidos en el Señor”
Solo debemos cultivar ciertas virtudes que nos conviertan en personas confiables.
Cultivemos cualidades que nos hagan elegibles como cristianos fieles y de confianza en el Señor.
Entre los méritos de Rufo era que podía trabajar con otros, era colaborador.
Debemos trabajar con los hermanos en Cristo. (Rom. 12:4, 5).
Algunos quieren trabajar por encima de otros (3 Jn. 9, 10), o en contra de otros (Fil. 1:16).
Tenemos una fuente inagotable de enseñanza en la Palabra de Dios que hará de nosotros mejores personas.
Hay que mejorar.  Sí, nuestra estatura como cristianos nos hace ver como pequeños, como niño egoísta, inmaduro, vanaglorioso y soberbio.

CONCLUSIÓN:
Rufo era un varón “escogido en el Señor”, es decir, era un cristiano confiable. 
Su conducta y obra eran excelentes, de tal modo que era una bendición estar con  él, vivir con  él, y desde luego, servir al Señor con  él. 
Hoy  hemos aprendido ciertas cualidades que sin duda alguna  Rufo cultivo para lograr tal excelencia.  Si  él pudo, podremos nosotros también.
Alcancemos el carácter de Rufo para llegar a ser “escogido en el Señor” y ser de bendición en la iglesia del Señor.