sábado, 27 de junio de 2009

Cambio Con Buenos Resultados

Cambio Con Buenos Resultados

“Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien…”
(Rom 8:28 LBLA)


Cuando en Octubre del año 2008 los hermanos que venían de la vecina ciudad de Peña Blanca decidieron iniciar la iglesia en ese lugar, si bien es cierto nos gozamos que la iglesia se iniciara en aquella ciudad, los hermanos de la iglesia de Cristo en Limache sentimos preocupación por las circunstancias que rodeaban nuestra permanencia en el sector donde nos reuníamos. Se había puesto en venta el local que arrendábamos para las reuniones y por ser menos en número no tendríamos dinero suficiente para pagar el arriendo y seguir en ese lugar.


¿Qué Podríamos Hacer Ante Esta Situación Adversa?

Echamos mano al recurso de la oración y confiamos en que Jesucristo nuestro Señor, dueño de la Iglesia, nos ayudaría.
Seguimos el consejo del salmista “Encomienda a Jehová tu camino, y confía en Él; y Él hará” (Sal 37:5). En breve tiempo, encontramos un lugar más al centro de la ciudad para nuestras reuniones, y aunque ustedes no lo crean, en un precio más bajo que el que pagábamos. ¡¡Sin duda, el Señor había oído nuestras oraciones!!
Nos instalamos y comenzamos a reunirnos. La primera reacción de los vecinos fue adversa. Cuando comenzábamos la adoración nos ponían música con alto volumen como diciéndonos ¡No nos interesa lo que ustedes hagan! Pero poco a poco fueron dándose cuenta de la diferencia. Luego se acercaron a nosotros indagando tímidamente de nuestras enseñanzas, a quienes respondimos con “mansedumbre y temor… la razón de la esperanza” (1ª Ped. 3:15). Alguno de nuestros vecinos nos ha visitado en las reuniones.

Los Buenos Resultados

Han pasado los meses, ¡ocho meses ya!, y podemos decir como Samuel “Hasta aquí nos ayudó Jehová” (1ª Samuel 7:12), pues, el Señor nos ha abierto “puerta grande y eficaz…” (1Co 16:9). Hoy tenemos varios contactos de inconversos con quienes estudiamos la Palabra del Señor. De estos contactos cinco han obedecido el evangelio cinco personas.
Para gloria de Dios lo contamos, pues, cuando nosotros confiamos en él y hacemos lo que es posible para nosotros, lo imposible lo hará el Señor.
De esa manera podemos decir con el apóstol Pablo: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. (Fil. 4:13).
Ahora estamos empeñados en enseñar a nuestros nuevos hermanos “todo el consejo de Dios” (Hch. 20:27).