miércoles, 7 de julio de 2010

LA PALABRA DE DIOS.

LA PALABRA DE DIOS.
“Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo…”
Hebreos 1:1,2

Introducción:
Dios ha elegido la forma escrita para comunicarse con el hombre.
En las sagradas Escrituras tenemos todo el consejo de Dios, todo lo que el hombre necesita saber para ser salvo.
No necesitamos más que leer este sencillo mensaje. (Ef. 3:4)
No necesitamos más que escudriñar y obedecer las Escrituras para alcanzar la vida eterna (Jn. 5:39)
“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”. (2 Tim. 3: 16,17)

¿Qué es la Biblia?

La palabra Biblia significa “Libros”. Es una colección de libros.
Es la palabra de Dios, la revelación de Dios para los hombres. (1 Tes. 2:13)
Fue inspirada por Dios por medio del Espíritu Santo (2 Ped.1:20, 21; Ef. 3:3-6; 1 Cor. 2: 12-13).
Son 66 Libros escritos durante un periodo aproximado de 1500 años. Escrito por 40 personas.
Estos escritores fueron guiados por el poder del Espíritu Santo.
Juan 17:8, 14, 18. Los apóstoles recibieron la palabra directamente de Cristo. Luego fueron enviados con esta palabra para darla a conocer al mundo.
Así como Cristo vino enviado del Padre con su mensaje divino, también los apóstoles fueron enviados con el mensaje divino de Cristo, el mensaje autoritativo.
Para asegurar que estos hombres no se equivocaran en la transmisión de la palabra de Dios, El le envió al Espíritu Santo para guiarles e inspirarles perfectamente. (Jn. 14:25,26).
Los apóstoles fueron guiados a toda la verdad por el Espíritu Santo (Jn. 16:12-13). No quedó nada más para revelar por medio de profetas en nuestro tiempo, pues toda la verdad ya está disponible en las enseñanzas de los apóstoles.

En la Biblia, Dios ha dado a conocer su voluntad y ha escrito sus leyes para nosotros.
Estamos seguros que los escritos originales son infalibles y perfectos-
Pues fue Dios el que dio el mensaje a los escritores y los guió por medio del espíritu Santo para que no cometieran ningún error (Jn. 16:12-13).
La Biblia es un libro diferente, distinto a cualquier otro libro. Es diferente porque es el único que fue escrito bajo inspiración Divina.
El mensaje de la Biblia es de necesidad universal. (Mar.16:15).
Revela el “poder de Dios para salvación” (Rom. 1 :16) Tiene el poder necesario para cambiar el corazón de los pecadores alrededor de todo el mundo.

Lo Indispensable Del Estudio De La Palabra De Dios.
La palabra de Dios es semejante a un filtro, pues, al pasar nuestros pensamientos por ella, nos lleva al arrepentimiento, redarguyendo nuestras conciencias para llevarnos a limpiar de nuestros corazones todo lo impuro.
Piense en lo siguiente versículos:
“Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón” (Heb. 4:12).
“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”. (2 Tim. 3: 16,17)
“ Y ahora, hermanos, os encomiendo a Dios, y a la palabra de su gracia, que tiene poder para sobreedificaros y daros herencia con todos los santificados” (Hech.20:32)
Escudriñar las Escrituras es algo más que una sugerencia.
Es una orden de Jesús,
“Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí” (Jn 5:39)
Fue la exhortación de Pablo a Timoteo.
“Entre tanto que voy, ocúpate en la lectura…” (2 Tim.4:13).
Expresiones de hombres santos.
“¡Oh, cuánto amo yo tu ley! Todo el día es ella mi meditación” (Sal. 119:97)
“¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca” (Sal.119:103 )
“Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino”. (Sal.119:105 )
“Me regocijo en tu palabra Como el que haya muchos despojos”. (Sal.119:162 )

Debemos estudiar la palabra de Dios porque:

Es nuestro alimento (2 Ped.2:2).
Fue escrita para nuestra instrucción es, “…útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia…” (2 Tim. 3:16).
El estudio diario de la palabra nos ayudará a crecer y a desarrollarnos espiritualmente,
“…y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús” (2 Tim. 3:15)
Los hermanos Hebreos no crecían por haberse hechos tardos para oír la Palabra de Dios. (Heb.5:12-14).
Si usted desea crecer espiritualmente, invierta tiempo en el estudio de la Palabra de Dios.

Efectos De Estudiar La Palabra De Dios.

La Palabra de Dios nos guía por caminos de justicia, caminos rectos.
Pablo dice:
Que el estudio de la “Sagradas Escrituras”, tenían el poder de hacernos “sabio para la salvación” (2 Tim. 3:15).
Santiago agrega:
“…la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas” (Stg, 1:21).
Otros efectos
Penetra hasta el alma. (Heb.4:12).
Al obedecerla purifica el alma. (I Ped.1:22, 23).
Santifica al creyente (Jn.17:17; Ef.5:26-27).
Guardarla nos libra de pecar. (Sal.119.11).
Es luz que guía. (Sal.119:105, 130).
Por esta razón: “La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales” (Col. 3:16).

Nuestro deber Es Difundir La Palabra De Dios.

Un honor y responsabilidad que ha sido dado a los cristianos.
“…pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable” (1 Ped. 2:9).
No fue a los ángeles que se les dio el privilegio de llevar el evangelio al mundo. Aunque el apóstol Pedro dio a entender que el trabajo del cristiano es una labor que anhelan ver los ángeles. (I Ped. 1:12).
Romano 10:14,15 “¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!”
El tesoro del evangelio sigue siendo transportado en vasijas de barro (2 Cor. 4:7).

Conclusión:

Jesús dijo:
“Las palabras que yo os he hablado, son espíritu y son vida” (Jn.6:63).
“El que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero” (Jn 12:48).
“Que prediques la palabra” fue la solemne exhortación de Pablo a Timoteo:
“Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina” (2 Tim. 4:1,2).
¿Qué estamos haciendo nosotros con el mensaje salvador?
¿Se está disolviendo en nosotros al no proclamarlo?