viernes, 11 de noviembre de 2011

“Haciendo Tropezar A Otros”


“Haciendo Tropezar A Otros”


Pablo definió la vida cristiana como una carrera (2 Tim. 4:7; 1 Cor. 9:24)
En su exhortación a los Gálatas mantiene esta misma idea “Vosotros corríais bien; ¿quién os estorbó para no obedecer a la verdad?” (Gál. 5:7)
Las palabras del apóstol expresan su preocupación al saber que los hermanos estaban siendo perturbados en su carrera espiritual (Gal 5:7-12)
La palabra usada aquí (anakopto) significa hacer retroceder, obstaculizar, también lleva la idea de estorbar, detener, o retardar. Es una expresión olímpica, tropezarse en el camino, mientras la persona está corriendo. Puede ser por medio de un empujón que lo arroje fuera de la pista de carrera. En las competencias pedestres es común este tipo de falta, los corredores se empujen unos a otros. Siempre hay codazos, golpes bajos, golpes sutiles para hacer tropezar el pie de uno sobre el otro. Estas faltas llevan la idea de interrumpir la carrera del contendor perturbando la capacidad mantenerse en la pista.

La vida cristiana se describe como una carrera.
Mientras corremos, ¿ayudamos o estorbamos a los que corren junto a nosotros?
En la exhortación de Pablo a los Gálatas encontraremos importantes interrogante: ¿Somos de ayuda o estorbamos haciendo tropezar a los que corren junto a nosotros en esta carrera hacia la eternidad?

¿CUÁNDO SOMOS TROPIEZO PARA OTROS CRISTIANOS?

Cuando No Nos Mantenemos En La Verdad Revelada
Es muy necesarios hablar solo lo revelado “Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios” (1 Ped. 4:11; 1 Cor. 4:6).
El problema en la iglesia de los Gálatas era los que enseñaban la necesidad de la circuncisión para ser salvos (Gál 5:1-6).
Pedro exhorta a cuidarnos de ser arrastrado por el error (2 Ped. 3:17).
La falsa doctrina Impide obedecer la verdad revelada (Gál 5:7).
Una clara advertencia a todos, en especial, a los que tiene el privilegio de enseñar encontramos en 1 Timoteo 4:16.

Cuando No Llevamos Una Conducta Santa.
Un consejo apostólico: “Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas” (Ef. 5:11).
El desafío de todo cristiano “haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría” (Col 3:5)
No nos identifiquemos con el mundo en su conducta de hablar profano (1 Cor 15:33).
Que nuestro modo de vivir no sea tropiezo para los que corren la carrera de la fe a nuestro lado
Que nuestra conducta, devoción y amor a Dios sea motivo de ánimo para los que nos acompañan en el camino hacia la vida eterna.

¿CÓMO VE DIOS A LOS QUE HACEN TROPEZAR A OTROS?

Lo Que deducimos De Las Palabras De Pablo.
Son descritos como levadura que leuda toda la masa (Gál 5:9; 1 Cor 5:6-8; Mat. 16:6,12).
La influencia mala y negativa se esparce, infectando a otros, finalmente contaminando a todos. Semejante al competidor tramposo que al dar empujones y golpes a otro causa la caída de varios competidores.
El que así compite sufrirá sentencia, será responsables (Gál 5:10)
El Señor es el que toma nota de los que hacen tropezar a otros.
Una advertencia más (1 Cor. 3:16-17).

Jesús También Se Refiere A Los Que Causan tropiezo.
Jesús les recomienda que sería mejor ponerse una piedra de molino alrededor del cuello, y ser arrojado al mar (Luc 17:2).
Dañar a los discípulos de Cristo es como dañarle a él (Mat. 25:41-45; Hch. 9:1-5).
Ante tales advertencias deberíamos de estar preocupados de no poner tropiezo a nuestros hermanos en Cristo.

¿CÓMO PODEMOS EVITAR CONVERTIRNOS EN TROPIEZO PARA OTROS?

Cuidando Nuestro Ejemplo.
A través del ejemplo se anima a otros cristianos (1 Tim. 1:16; 1 Tim 4:12).
El ejemplo de buenas obras del cristiano es usado en la conversión de otros (1 Ped. 4:12; Mat. 5:16).
La vida cristiana está diseñada para hacer buenas obras (Ef. 2:10).
¿Está siendo nuestro ejemplo causa de tropiezo a otros o motivo de bendición?
¿Cree que sus familiares y amigos serán persuadidos a obedecer el evangelio motivado por el ejemplo cristiano que usted irradia?
¿Somos fuente de inspiración a otros por nuestra devoción, amor, espíritu ferviente, por nuestra fe y obediencia a los designios de Dios?
¿Somos una fuente de ánimo espiritual para los que nos rodean?
¿Qué tipo de ejemplo estamos dando a nuestros hermanos que corren juntos a nosotros?

Poniendo Atención A Los Mandamientos De Dios.
El consejo de Pablo al joven Timoteo: “,,, y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús” (2 Tim. 3:15).
La Palabra de Dios y su utilidad para el hombre de Dios (2 tim. 3:16-17).
Solo por medio del estudio cuidadoso de la Palabra de Dios podemos discernir entre la verdad y el error
“El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, y tu ley está en medio de mi corazón” (Sal. 40.8).
El justo es bienaventurado porque “…en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche” (Sal. 1.2).
“¡Oh, cuánto amo yo tu ley! Todo el día es ella mi meditación” (Sal. 119. 97).
¿Nuestro ejemplo de poner atención al estudio de la Biblia está animando a otros a hacer lo mismo?

Conclusión:

¿Qué papel es el nuestro en la iglesia del Señor?
¿Somos de los que la debilitan o de los que la fortalecen?
¿Qué apreciación tendrán de mi los que están corriendo a mi lado la carrera de la fe?
Que seamos fuente de gran ánimo los unos hacia los otros.
Si lo somos, ¡que maravilloso será cuando entremos juntos en la eternidad!
Si hacemos tropezar a otros, ¡Ay de nosotros, porque seremos juzgados duramente!