sábado, 20 de febrero de 2010

PREDICADORES

La Biblia define básicamente al “Predicador” como un “Heraldo o Proclamador de las Buenas Nuevas”. También como “un mensajero o embajador de Dios, heraldo o proclamador de la palabra divina”. Hay hermanos que hacen diferencia entre “predicador y evangelista”, pero en el Nuevo Testamento no hay tal distinción, ambos términos son descriptivos de su trabajo no de su persona o rango. No hay indicio alguno de jerarquía en estos términos. Por lo tanto, un predicador o evangelista es simplemente, uno que dedica su vida a proclamar y divulgar la verdad del evangelio entre los hombres con la autoridad de Jesucristo (Mat.28:20; Mar. 16:15-16).

DIOS DOTÓ A LA IGLESIA DE EVANGELISTAS O PREDICADORES

Es el deseo de Dios que hayan evangelistas en Su iglesia (Ef. 4:11). Es Dios quien estableció las funciones específicas del evangelista o predicador en la iglesia (II Tim. 4:1-5). También Dios estableció las normas de carácter que Él requiere que se llene para ser un evangelista aceptables a Él (II Tim. 2:15). Dios es quien reveló el mensaje que el evangelista debe anunciar, Pablo dice a Timoteo “...que prediques la Palabra” (II Tim. 4:2), y esa es la labor específica de todo predicador o evangelista.

EL PREDICADOR Y LA IGLESIA LOCAL

Dejó Dios definido el tipo de liderazgo que conduciría Su iglesia. Dejó esta responsabilidad en manos de los ancianos u obispos que son individuos que deben llenar requisitos establecidos por el Espíritu Santo en 1 Timoteo 3:1-7; Tito 1: 5-9, quienes deben ser reconocidos como tales por la iglesia local (Hech 20:28; Heb.13:17).
Los buenos ancianos o pastores no desarrollan una dictadura en la iglesia, (esta es la advertencia del apóstol Pedro 1 Ped. 5:1-3), sino que toman en cuenta las necesidades y también los deseos de la iglesia. Por ejemplo; En la selección de siervos especiales para la iglesia en Jerusalén, los apóstoles dejaron en manos de la multitud de la iglesia esta selección en base a los requisitos espirituales que ellos, por inspiración del Espíritu Santo, establecieron (Hech. 6:1-6). Si consideramos los principios antes mencionados llegaremos a la conclusión obvia que los ancianos de la iglesia y la congregación son los que decidirán quien o quienes les predicará, siendo por cierto, hermanos que llenen los requisitos establecidos por Dios (2 Tim. 2:15; 4:1-5).

¿CÓMO NACE UN PREDICADOR?

El ser predicador o evangelista no es un rango o posición para lo cual la persona es “elevada”, “nombrada” o “presentada” por algún grupo de hombre como si fuera candidato a un cargo político.
Ser predicador, es tener el privilegio de servir en la predicación y enseñanza pública de la palabra de Dios en la iglesia del Señor. El que tenga, un determinado hermano, título de algún “instituto o universidad” no le hace un predicador ni le da ninguna autoridad cómo evangelista. Tampoco tiene valor alguno auto proclame como “el predicador”. Es la iglesia local la que reconocerá como evangelista o predicador a un determinado hermano y esto basado en el buen servicio que brinda a los santos en la enseñanza de la Palabra de Dios y el ejemplo de vida que lleva entre ellos.
En consecuencia se debe entender que ser predicador o evangelista es: una obra que uno desarrolla, Un carácter que uno vive, Un deber que uno cumple. Siendo su área de trabajo la iglesia local. Obviamente los ancianos y la congregación decidirán si, conforme a su entendimiento de las Escrituras y las necesidades de la iglesia, determinado hermano debe o no funcionar como evangelista o predicador para la congregación.
A los predicadores o evangelistas en la Biblia no se les da títulos como “supervisor”, “encargado de la obra”, menos como “evangelistas internacional” . Algunos evangelista gozan de prestigio en su país o en el extranjero, pero esto se debe a su buen trabajo que han desarrollado en la iglesia local y a trascendido a las iglesias vecinas. La iglesia local respalda y es aval de la labor de tales predicadores.
La Biblia nada dice de evangelistas itinerantes, esta es practica sectaria. Pablo y sus compañeros en sus viajes de predicación se comprometieron en trabajo con las iglesias locales que visitaban. (Hech. 11:26; 14:3; 18:11; 20:31).

LA INFLUENCIA DEL PREDICADOR
Es cierto que el predicador es uno de los miembro de más conocimiento y experiencia en la Palabra de Dios y por consecuencia el de más influencia en la iglesia. Un predicador fiel no querrá mandar en la congregación, no será dictador en la iglesia del Señor (III Juan 9), los hermanos lo respetarán por causa de su bello carácter y de la bondad y sabiduría que ven en él y querrán seguir su ejemplo de fidelidad, pureza y honradez, su juicio valdrá mucho. El buen predicador tiene una agenda, una meta que alcanzar, él está consiente que conduce a la congregación para volverse “semejante a Cristo”, que debe trabajar con la congregación “...hasta que Cristo se formado en vosotros” (Gál. 4:19). El predicador esta conduciendo a los hombres y mujeres fuera del desierto del pecado llevándoles hacia el Señor. La senda en la que él les conduce está marcada por la palabra de Dios “...la cual es poderosa para sobreedificaros y daros herencia con todos los santificados” (Hech. 20:32). No es carisma, ni la sonrisa o la amistad del predicador, sino su predicación de la palabra, que conduce a la congregación a Dios (1 Tim.4:13). El predicador va a influenciar por su predicación y estará conciente que las personas quisieran más bien “ver” un sermón que “oírlo”. Algunas veces, los mejores sermones son perdidos debido al pobre ejemplo del hombre que los predico. ¡Cuidemos nuestra influencia!
Si tuviéramos que hablar de la “obra” del evangelista o predicador, esa obra es la iglesia local. La iglesia local es garante de la conducta del evangelista y testigo de su trabajo y abnegación, pues observa su entrar y salir. Podemos decir que la iglesia local es, en un sentido, obra del evangelista. Todo predicador o evangelista debe entender que está guiando a la congregación en su trayecto a la eternidad. No se puede ignorar que el predicador es una persona de alta influencia espiritual en la iglesia local.
“Pero tu sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio” (2 Tim.4:5). Con estas solemnes palabras el apóstol Pablo amonesta a su compañero predicador . Estas palabras se ajustan al trabajo de todo cristiano que se desempeña en una posición de liderazgo en la iglesia local. Un evangelista fiel trabajará arduamente y enseñará para que en la congregación donde es miembro surjan los hermanos que cumplan con los requisitos para ancianos y completen así el gobierno que Dios desea para la iglesia local.
La labor principal del predicador es la edificación de los santos (Ef. 4:11-12), su objetivo principal es “perfeccionar a los santos para la obra del ministerio” (Efe.4:11-12).

LOS MALES DE ALGUNOS PREDICADORES E IGLESIAS

Lamentablemente en algunas iglesias se está dando esto de ver al predicador como el “pastor sectario”, generalmente es porque se desconoce la labor bíblica del predicador o evangelista. La responsabilidad está tanto en la congregación, que tolera esta situación, como también en el predicador que desarrolla una dictadura. En un caso así la iglesia local como el predicador deben corregirse.
Lamentablemente hay algunos hermanos “predicadores” que ven la predicación como un simple trabajo más, un peldaño más de una escala jerárquica. Ellos ignoran la gran responsabilidad de este santo oficio (Stg. 3:1). Ese tipo de “predicador” siempre va a querer mandar en la iglesia como lo hacen los “pastores” sectarios. Pero la responsabilidad la tiene la iglesia local que tolera a este tipo de “predicadores”. Cuando esto sucede los otros varones de la congregación son bloqueados y la iglesia entera cae en un estado vegetal o inactivo, pues dependen del trabajo del “predicador”. Luego el predicador se traslada de la ciudad y la iglesia desaparece porque nunca los hermanos aprendieron sus responsabilidades de cristianos. Siempre en estos casos la mayor responsabilidad la lleva la iglesia local que tolera que esto suceda. Cada hermano debe estudiar la palabra del Señor y no dejarse llevar por lo que dicen estos “predicadores”. Además es la iglesia que determina quienes serán sus predicadores. Lamentablemente hay muchos hermano cobarde que no quiere asumir su rol en la iglesia y dejan todo en manos del “predicador” y toleran que éste que reine en vez de Cristo.
Si algún predicador recibe sostenimiento no es para mandar en la iglesia ni para hacerlo todo. Un verdadero predicador no actúa así. El fiel predicador sigue las instrucciones de su Señor y enseñará todo el consejo de Dios (Hch. 20:27). Será ejemplo de la congregación.

Debemos dar siempre gracias a Dios por los buenos predicadores que nos han enseñado la palabra y con su ejemplo de vida nos animan a continuar fieles al Señor.

martes, 16 de febrero de 2010

Sermón del Domingo

La Mundanalidad

“No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él”
(1Jn 2:15)


Introducción:

1. Ciertamente todos estamos de acuerdo que la “mundanalidad” es la amenaza mayor en la iglesia hoy. No todos estamos de acuerdo en cuanto a qué es la “mundanalidad”.
2. Para ponernos de acuerdo veamos que envuelve la palabra que llamamos “mundanalidad”
a. Mundano = Perteneciente al mundo, que atiende desmedidamente las cosas del mundo.
b. Mundo = Uno de los enemigos del alma. Las pompas y vanidades terrenas (Nuevo Diccionario Ilustrado SOPENA).

I. Dos Clases de Mentes (Rom. 12:2)

1. El Apóstol Pablo habla de dos clases de mentes.
1. Una que se conforma a este siglo (mundo)
2. Otra que es “transformada y renovada de acuerdo a la voluntad de Dios”
2. Muchos, solo se han bautizado concluyendo que eso es el todo del cristiano.
3. Olvidando la orden que tenemos sobre nuestra vieja naturaleza
a. “Hacéd morir, pues, vuestros miembros que están sobre la tierra, es a saber, la fornicación, la inmundicia, la molicie, la mala concupiscencia, y la avaricia, la cual es idolatría” (Col. 3:5).
4. Por inspiración del Espíritu Santo Pablo nos muestra el carácter del “cristiano mundano”
1. “Mas ahora dejáos también vosotros de todas estas cosas; ira, enojo, malicia, maledicencia, torpes palabras de vuestra boca: No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del hombre viejo con sus hechos (Col. 3:8-9)
2. El que se conforma a este mundo, que sólo se ha dedicado a lo material y se ha olvidado el reino de Dios (Mat. 6;33),
3. Gálatas 5: 19-20 es una radiografía del carácter del pecador, muy parecido a veces al cristiano mundano.

II. Viendo El Problema Más De Cerca

1. Hay hábitos mundanos tales como el fumar, el uso de bebidas alcohólicas y drogas.
1. Los pecadores participan de estas cosas.
2. El cristiano respeta su cuerpo que es templo de Espíritu de Dios y rehúsa contaminarse (1 Cor. 6:18-20)
2. Hay conversaciones mundanas como el maldecir, conversaciones sensuales y chistes vulgares.
1. Una mente carnal usa tal lenguaje corrompido.
2. El hombre de Dios usará palabras que reflejen un corazón puro (Ef. 4:29).
3. Hay un estilo mundano de vestir que es extravagante y sensualmente provocativo, la gente del mundo piensa muy poco en esto, pero los hijos de Dios se viste con pudor y modestia (1 Tim. 2:9-10).
4. Hay un tipo mundano de recreación.
1. Esto incluye cosas como películas inmundas, tanto en el cine como en la televisión, el juego, el baile.
2. Puesto que todo esto apela a los apetitos carnales, el cristiano se apartará de tales cosas (1 Jn. 2:15).
C. Hay carreras o profesiones mundanas que los discípulos de Cristo no tiene interés alguno en seguir. Trabajos que envolvería en actividades pecaminosas o compromisos que animen a otros a pecar.
1. El vender bebidas alcohólicas por ejemplo. (1 Cor. 8:11-13).

III. Examinando La Mente Carnal O Mundana

A. Es carnalidad y falta de fe poner los intereses seculares antes que el reino de Dios.
1. Ej. El trabajo, los negocios o carreras, esto indica estar más interesado en las cosas del mundo que en las cosas de Dios (2 Tim. 2:4; Mat. 6:33)
2. Cristianos que no tienen tiempo para desarrollar actividades espirituales o estudiar con otros hermanos la Biblia, pero con suficiente para lo secular.
3. Las preocupaciones de este mundo y el engaño de las cosas materiales siempre ahogan los intereses espirituales (Mat. 13:22).
4. Tal cristiano está más interesado en el presente que en la eternidad.
5. Los de mente espiritual se conduce como peregrino, van camino al cielo (Heb. 11:13-16).
2. El que aún no ha crucificado el viejo hombre se preocupa más de cómo lo ven los hombres y que dicen, más que cómo lo ve Dios y que dice. Este tipo de persona está más preocupada de adornar el hombre externo que del adorno del corazón (1 Ped. 3:3-5).
3. La mundanalidad se manifiesta también al preferir la amistad y compañía de los inconversos en ves de la compañía de los hijos de Dios (1 Cor. 15:33; Rom.12:10).
6. Los hermanos mundanos prefieren predicadores que se comprometan con rascar su comezón de oír. (2 Tim. 4:3).

IV. Resumiendo Lo Que Es La Mundanalidad

1. Mundanalidad
1. Es el fracaso de crucificar el viejo hombre (Rom. 6:6, Ef. 4:22).
2. Es el fracaso de entronizar a Cristo en nuestras vidas (Gál. 2:20).
2. La iglesia de hoy se ve comprometida seriamente por el espíritu del mundo que prevalece en muchos corazones.
3. La iglesia necesita desesperadamente hombres fieles que pregonen con fuerzas y sin detenerse, levantando so voz como trompeta al declarar al pueblo sus transgresiones (Is. 58:1).

Conclusión:

1. ¿Estamos dispuestos a defender la iglesia de toda mundanalidad?
2. ¡Que estemos disponibles para que Dios nos use para fortalecer a los hermanos!
3. “Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra”. (2 Tim. 2:21).