lunes, 29 de abril de 2013

EL SERMÓN DE PABLO.


                                              EL SERMÓN DE PABLO.

Hechos 24:24-25 nos relata la disertación de Pablo ante Félix y Drusila su  Mujer.
El apóstol les habló de la fe en Jesucristo, enseñándoles de:
La Justicia,
Del dominio propio 
Y del juicio venidero                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                       
Esta exhortación también es muy necesaria hoy.

La Justicia.

La justicia que se refiere Pablo, es la justicia de Dios, que quiera decir el plan de Dios para justificar al hombre. (Rom. 5:1)
La gloria  de Dios es su santidad.
Por pecar el hombre está destituido de esa gloria de Dios. (Rom. 3:23)
La justicia es por la fe. (Rom- 5:1; 8:30)
El propósito de Dios es tomar al hombre que en obediencia a Su palabra viene a él y hacerlo justo.
El poder usado por Dios en esta operación es el evangelio. (Rom. 1:16-17)
La forma de recibir tal justificación es obedecer el evangelio (Mar. 16:16, Rom. 5:1; Tito 3:7; Heb. 5:9).
Por tal razón hay que oír el evangelio. (Rom. 10:17)
Esta justificación se consigue después del bautismo (Rom. 8:30, 1 Cor. 6:11)

El Dominio Propio.

EGKRATEIA = Esta palabra quiere decir controlar o dominar todos los apetitos,     deseo y pasiones. (1 Cor. 9:27; Tito 1:8; 2 Ped. 1:6).
Los que cultivan el dominio propio dejan de practicar las obras de la carne y  manifiestan el fruto del Espíritu. (Gál. 19:23).
El dominio propio caracteriza al cristiano (Tito 1:8).
Tenemos dominio propio porque el Señor nos lo dio. (2 Tim. 1:7; 2 Ped. 1:6).
Ser disciplinado en el estudio de la Biblia es buena demostración del dominio propio. (1 Tim. 4:13)

El Juicio Venidero.

Este es el juicio que sin duda vendrá, y espera a todo ser humano (Hch. 17:30-31; 2 Cor. 5:10; Heb. 9:27).
Todo ser humano estará un día “de pie ante Dios” (Ap. 20:12-15)
Todos daremos cuenta a Dios. (Rom. 14:12; Ecl. 12:14).

La Reacción De Félix.

“Félix se espantó” (verso 25)
El temor que sobrecogió a estas personas, era el principio necesario de un cambio de vida.
Pero la ambición, la lujuria y el amor al mundo, sofocaron tan necesario temor reverente que produciría el cambio de mente para salvación.
“Ahora vete; cuando tenga oportunidad te llamaré”.
Con estas palabras se libraron de tan fiel amonestador.
La oportunidad que se refirió Félix al parecer nunca llegó, despreció la precisa.

Conclusión:

Si Félix pudiera advertirnos desde el hades, el refugio del espíritu de los muertos, (Luc. 16:23) nos rogaría no despreciar tan valiosa oportunidad.
Cada día, cada mañana que abre sus ojos en esta vida, da comienzo a un nuevo día de salvación.
No demore más su obediencia a Cristo. “..He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora viene el día de salvación”. (2 Corintios 6:2)