jueves, 10 de junio de 2010

EL PERDON DE LOS PECADOS

El Perdón De Los Pecados

- “Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado” (Sal. 32:1).
- ¿Y sus pecados? ¿Han sido perdonados?
- “Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados…” (Hch. 3:19).

El Perdón De Los Pecados, Es La Más Urgente Necesidad del Hombre

- No es la salud (Mat. 9:1-8).
- No son las riquezas (Luc. 12).
• Sin el perdón de nuestros pecados nos exponemos:
- A la ira de Dios (Ef. 2:1-3; Rom. 1:18)
- Al engaño de Satanás (2 Cor. 4:3-4 )
- A la pérdida irreparable de nuestras almas (Mat. 16:26).
• El favor mayor que podamos hacer a nuestros familiares y amigos es persuadirles a buscar el perdón de sus pecados. Todo otro favor reviste poca importancia.
- Por este motivo, debemos proclamar el mensaje que Cristo desea que escuche toda persona.
- El evangelio, el poder de Dios para salvación. (Rom. 1:16).
- Anuncia el arrepentimiento y el perdón de pecados (Luc. 24:47).
- Para que los que crean este mensaje del evangelio sean salvos (Mar. 16:15,16; I Cor. 15:3).
- El evangelio explicar lo que se debe hacer para obtener el perdón de sus pecados (Hch. 2:38; 3:19).
- Cristo fue exaltado para hacer posible el perdón de pecados (Hch. 5:3; 4:12).

El Perdón De Pecados Tuvo Un Alto Precio (Jn. 3:16).

- Jesucristo es el único que puede quitar los pecados (Jn. 1:29; Hch.4:12).
- Se entregó a sí mismo por nuestros pecados (Gál. 1:4).
- La sangre de Jesucristo tenía que ser derramado (Heb. 9:11-15; Mat. 26:28).
- Cristo es la propiciación por nuestros pecados (Heb. 2:17; I Jn. 4:10; 2:2; Rom. 3:24-26).
- Por nosotros se hizo pecado (II Cor. 5:21; Heb. 9:28; I Ped. 2:24).
- El propósito de la vida y la muerte de nuestro Señor Jesucristo fue: El Perdón De Pecados.

El Perdón De Los Pecados Tiene Condiciones.

• Se debe:
- Creer en Jesucristo (Jn. 8:24; Hch. 4:12).
- Oír el evangelio (Rom. 10:17).
- Creer en el evangelio (Mar. 16:15-16).
- Arrepentirse (Hch. 3:19;17:30).
- Confesar su fe en Cristo (Rom. 10:9,10).
- Bautizarse (Hch. 2:38; 22:16; Col. 2:12,13; Mar. 16:16).
- Ser fiel hasta la muerte (Ap. 2:10).


- ¿Y sus pecados? ¿Han sido perdonados?
- ¿Qué espera?
- Ha Pablo se le dijo: “Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava tus pecados, invocando su nombre”.

“Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana”.

domingo, 6 de junio de 2010

El Sacrificio Que No Desprecia Dios

El Sacrificio Que No Desprecia Dios

“Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios” Salmos 51.17.


Al acercarnos a Dios, la disposición del corazón es trascendente (Mat. 22:37)
1 Samuel 16:7 nos muestras donde Dios pone la atención al tratar con el hombre.
Por tal razón este consejo, “Sobre toda cosa guardada guarda tu corazón” (Pro. 4.23), es algo más que un buen consejo.
Jesús dijo: “bienaventurados los de limpio corazón” (Mat. 5:8). También dijo que las palabras y las acciones manan del corazón. Cuando el corazón es recto, las palabras y las acciones serán rectas (Mateo 12.34;).
Dios desea que le demos el corazón a él, porque al tener nuestro corazón, tiene el resto de lo que somos.
“Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras” (Jer. 17:10).
Salmos 51:17 nos muestra la actitud de corazón que agrada a Dios.
¿Qué es exactamente un corazón contrito? ¿Qué características tiene?

Un Corazón Contrito Es Un Corazón Que Reconoce Sus Faltas

Un corazón contrito, es un corazón compungido, un corazón arrepentido, que reconoce sus faltas.
¿Con quién Dios tendrá comunión?
“Con el limpio de manos y puro de corazón; el que no ha elevado su alma a cosas vanas, ni jurado con engaño” (Salmos 24.4).
Pero dicen las Escrituras que el de “corazón perverso se apartará de mí; No conoceré al malvado” (Sal.101.4).
Un ejemplo de corazón contristado la dio Jesús en la parábola de los dos hombres que fueron al templo a orar (Luc. 18.10–14).
El fariseo estaba lleno de orgullo y oró consigo mismo.
El Publicano, reconocía que era pecador y contristado oró a Dios reconociendo su vil condición.
Jesús dijo: “Bienaventurados los pobres en espíritu…” (Mat. 5.3).
Bienaventurados los que tienen su orgullo en bancarrota, porque ellos recibirán riquezas espirituales.
Bienaventurados los que reconocen que son pecadores y se arrepienten de conformidad con lo ordenado por Dios, porque ellos serán perdonados y andarán con Dios.
Nuestra oración a Dios debe ser esta:
“Escudríñame, oh Jehová, y pruébame; examina mis íntimos pensamientos y mi corazón” (Sal. 26.2)
“Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí” (Sal. 51.10).


Un Corazón Contrito Es Un Corazón Que Se Deja Enseñar

Un corazón contrito es un corazón que procura hacer la voluntad de Dios.
Tal vez esta sea la razón por la que el Señor dijo que Sus discípulos debían hacerse como niños. (Mateo 18.1–4).
Jesús hablaba de la clase de corazón que hemos de tener.
Los niños se dejan enseñar, son receptivos, confiados, puros e inocentes.
Un corazón contrito anhela conocer la voluntad de Dios para obedecerla.
Del justo se dice: “El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, y tu ley está en medio de mi corazón” (Sal. 40.8).
El justo es bienaventurado porque “…en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche” (Sal. 1.2).
La persona de corazón noble, le concede el más alto valor a la voluntad de Dios. “¡Oh, cuánto amo yo tu ley! Todo el día es ella mi meditación” (Sal. 119.97).

Un Corazón Contrito Es Un Corazón Obediente

La obediencia es una condición noble y muy necesaria para agradar a Dios (Hch. 5:32; Heb. 5:9; 2 Tes. 1:8)
El corazón contrito es obediente a Dios por naturaleza. Por tal razón la recomendación de Pedro: “… como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia” (1 Ped. 1:14).
Un corazón contrito es un corazón receptivo y obediente de la voluntad de Dios de tal forma que puede ser moldeado por ella.
A menos que el centro mismo de nuestra alma y la esencia de nuestro ser sean hechos obedientes al Dios viviente, Este no nos recibirá.


¿Con qué me presentaré ante Jehová, y adoraré al Dios Altísimo? (Miq. 6:6).
“… al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios” (Sal. 51.17).
¿Traemos a Dios un corazón contrito y humillado?
“…porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón” (1 Sam. 16:7).
“Vuestro atavío no sea el externo… sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios” (1 Ped. 3:3-4).