martes, 11 de mayo de 2010

LA COMUNIÓN

LA COMUNIÓN

"Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno; como tú, Oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tu me enviaste. La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amados a ellos como también a mí me has amado"
Juan 17:20-23.

El Señor Jesucristo explicó la naturaleza de la unidad a la que se refiere en esta oración que elevaba a su Padre. El Padre y el Hijo eran uno en propósito y amor como lo eran en doctrina, cosa que muchas veces es ignorada. Cristo sostuvo que él hablaba lo que el Padre le había dicho (Jn. 12:49,50).
¿Podemos decir nosotros que estamos complaciendo a Cristo en este deseo de unidad?

LA COMUNIÓN CON DIOS Y CON CRISTO

La comunión entre el hombre y Dios sólo existe por Jesucristo "Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamado a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor" (1 Cor. 1:9).
Esta comunión con Dios existe hoy por la gracia de Dios manifestada por Cristo y el evangelio. El apóstol Juan lo expresó así: "…lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdadera es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo" (I Jn. 1:3).
El evangelio es proclamado para que el hombre pueda tener comunión con Dios y con Cristo. Esta comunión durará mientras el hombre siga la enseñanza del Padre. "Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas mentimos, y no practicamos la verdad; pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión los unos con los otros y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado" (1 Jn. 1:6-7). La comunión entre los hermanos nunca podrá ser efectiva a menos que estemos en comunión con Dios por Jesucristo.
Nuestra comunión es primeramente vertical, mirando hacia arriba, mirando a Dios. Luego horizontal mirando a los hermanos.
Pablo dice que: "Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamado a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor" (I Cor. 1:9). Dios nos llama por el evangelio a esta comunión, al obedecer el evangelio estamos en comunión con Dios (II Tes. 2:14).


DESEANDO LA COMUNIÓN

Para que la comunión exista debe ser deseada. Antes que la unidad efectiva pueda existir en la iglesia debe ser deseada.
La comunión a cualquier costo.
Algunos desean la comunión, pero la comunión a la que ellos se refieren es la "unidad en diversidad": La "unidad en diversidad" es una de las doctrinas más peligrosas inventadas por el Diablo. En el sectarismo se le llama ecumenismo, se reúnen todos los grupos para realizar actividades religiosas pero no tocan las doctrinas en las que tienen diferencias. Muchos hermanos están practicando estas tácticas humanas para aparentar comunión, pero la Biblia enseña que no debe haber comunión con los que practican el pecado o enseñan el error doctrinal no importando quien sea. (I Jn. 1:5; II Cor. 6:14; II Jn. 9).
El apóstol Pablo habló de la disposición que debe caracterizar al cristiano para que la comunión sea una realidad. Lo podemos ve en Efesios 4:1-3.
Cuando caminamos dignos de nuestra vocación, caminamos en armonía con los cielos y somos "… Participantes del llamamiento celestial…"(Heb. 3:1)
Examinemos las características del cristianismo que camina digno de su llamado.
a) Humildad: Características de Cristo. (Mat. 11:19) "Manso y Humilde".
b) Mansedumbre: La disposición de aceptar la voluntad de Dios sin murmurar, miradas por algunos como debilidad, pero la encontramos en los caracteres más fuertes, como Moisés y Cristo.
c) Paciencia: El cristianismo tiene que aprender a ser paciente y sufrido aún ante la provocación.
No se trata de hablar de la comunión se trata de trabajar por lograrla.

SI HAY COMUNION CON DIOS HABRA COMUNION ENTRE LOS HOMBRES.

Pablo exhortó a los que tenían comunión con Cristo que hablaran una misma cosa. (1 Cor. 1:10) La solución de Dios para que perdurara la comunión la comunicó el apóstol Pedro. "Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios" (I Ped. 4:11).
La Biblia es la palabra inspirada de Dios (2 Tim 3:15-17).
Los predicadores no son más de lo que Pablo dijo que eran “servidores de Cristo” (1 Cor.4:1). Nosotros tenemos que entender que los que proclaman la palabra no son iguales a la palabra proclamada. Los Corinto estaban divididos porque habían exaltado a los hombres (1 Cor. 3:5-9), cuando el predicador es exaltado al rango que pertenece al Señor. Esto solo estorba la unidad.

Debemos concluir en que la comunión que necesitamos buscar es la unidad basada en la palabra de Dios. Y la comunión con todo hermano fiel, santo y sincero.