viernes, 12 de febrero de 2010

LA FIRME DISPOSICIÓN DE NO CONTAMINARSE

“Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni con el vino que él bebía...” Daniel 1:8


Dios había decidido castigar a Israel por su idolatría, Nabuconodosor con su ejército sitió a Israel y tomó cautivo al rey Joaquín, junto a unos 10.000 israelitas fueron llevados a Babilonia, entre ellos príncipes y oficiales (2 Reyes 24:8-17). Daniel fue uno de los tantos deportados a Babilonia.
Una vez en Babilonia algunos de los príncipes fueron apartados para ser instruidos en la cultura Babilónica y para el servicio del rey. Entre ellos Daniel, Ananías, Misael y Azarías.
Estos jóvenes fueron sometido al proceso de adaptación para ser absorbidos por la cultura y la religión caldea.
Ellos debían ser enseñados en el gobierno, las leyes, las costumbres los idiomas y las ciencias de los caldeos. Sus nombres fueron cambiados (ver. 7), este cambio tuvo como propósito borrar de sus corazones en Dios e inculcar la religión babilónica.
La convicción y fidelidad que vemos en estos cuatro jóvenes serán productos de nuestra atención en este artículo.

LO PROPUESTO EN EL CORAZÓN ES LA CLAVE DEL ÉXITO ESPIRITUAL

“Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni con el vino que él bebía...” Daniel 1:8.
Los que se determina en el corazón es lo que uno va a ser y marcará la forma de cómo va actuar en la vida, no se tendrá problemas en el momento de las encrucijadas de la vida ni ante el apremio de la sabiduría reinante.

Los jóvenes de nuestro texto se cree que tenían entre 18 a 20.
Dios estaba castigando el pecado del pueblo natal de estos jóvenes, pero a pesar de estas circunstancias ellos determinaron ser fieles a su Dios.
Estos jóvenes no eran fanáticos ni ascéticos sino hombres resueltos y decisivos, que impulsados por los principios de justicia, santidad y fe, que sin importar en que lugar del mundo se encuentren deciden no contaminarse.
Nos hace recordar de José, el hijo de Jacob, que no fue influido por su exposición a la cultura de Egipto. Y cuando fue incitado a pecar exclamó: “¿cómo, pues, haría yo este grande mal y pecaría contra Dios?” (Gén. 39:9)
Nos hace recordar a Moisés quien “rehusó ser llamado hijo de la hija de Faraón; Escogiendo antes ser afligido con el pueblo de Dios, que gozar de comodidades temporales de pecado” (Heb. 11:24-25).
El momento de crisis es demasiado tarde para hacer decisiones, estas deben ser hechas de antemano por medio de propósito de corazón.

DIOS HONRA A QUIENES LE HONRAN

No sabemos cuales fueron las razones especiales que estos muchachos tuvieron para no comer de los alimentos del rey, lo cierto es que ellos se propusieron cumplir la ley de su Dios.
Por todo el libro de Daniel vemos que se somete a prueba la fe de estos jóvenes. Se les ve, en varias oportunidades eligiendo opciones contrarias a la “sabiduría reinante”
Dios premió la fe de Daniel, Ananías, Misael y Azarías. En los versos 15-21 muestran los resultados de la fe de estos jóvenes y de su decisión de confiar en Dios y hacer su voluntad. El capítulo 3 nos muestra que su convicción no era sólo asunto de no comer ciertos alimentos, sino también cuando son forzados a adorar a un ídolo.
La expresión del rey que registra el verso 28 nos muestra el premio de Dios a la fe de sus hijos fieles.
Probablemente Daniel no fue forzado a adorar la imagen del ídolo que relata el capítulo 3 por ser un alto personero del imperio, pero en el capítulo 6 vemos como es probada su fe cuando es echado al foso de los leones. Al librarlo Dios de la boca de los leones el rey escribe un edicto a todo su imperio. (Dan. 6:25-28).

Tal vez nosotros nunca estemos en la situación extrema de estos jóvenes, pero podemos encontrarnos en situaciones cuando nuestras convicciones se ven amenazadas. Triunfaremos ante el mal si nos proponemos honrar a Dios.
Ante una sociedad cada vez más corrompida, donde los valores son trastocado a cada instante ¿Cuál es nuestra reacción?
Hoy es común llamar a lo bueno malo y lo malo a lo bueno.
Hoy es popular que los jóvenes comiencen tener relaciones sexuales antes del matrimonio.
Es la marca de una sociedad moderna. ¿Cuántos de nuestros jóvenes dispondrán en su corazón no contaminarse con esta tendencia popular?
El engaño y el fraude son las marcas de nuestra sociedad corrompida ¿Estamos dispuesto a renunciar a toda especie de mal para honrar a nuestro Dios?

Los jóvenes de esta lección pueden ser de gran incentivo para nosotros por su fe, convicción y santidad.
Dios sigue buscando este tipo de persona para honrar su fe y mostrar su poder.
Nosotros podemos triunfar si disponemos en nuestro corazón no contaminarnos con el mundo.

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